De qué hablamos cuando hablamos de transiciones energéticas: una propuesta desde el diálogo con la naturaleza y la cultura en CTS-Chile
- El encuentro anual de la Red Chilena de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología Chile 2020, realizado entre el 15 y 17 de enero en Santiago de Chile, examinó aspectos sociales y culturales de la penetración de la tecnología en escenarios de cambios globales y locales.
- La energía –y las prácticas sociales en torno a su generación, transformación y consumo– fue uno de los temas centrales abarcado por investigadores de NUMIES a través del análisis crítico para la reformulación de conceptos y políticas públicas en el tránsito a una matriz descarbonizada.
La excusa del cambio climático no puede dejar a una familia sin calentarse, al mismo tiempo que no puede perpetuar el modelo de mercado que está degradando el medioambiente. Esa disyuntiva, planteada por la investigadora NUMIES Francisca Fonseca, condensa en gran parte el análisis crítico de las transiciones energéticas que se realizó en el Encuentro Anual de la Red Chilena de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología Chile (CTS-Chile) 2020.
Durante tres días, XX estudiantes, académicos y pensadores de diversas disciplinas se reunieron en el Campus San Joaquín de la Pontificia Universidad Católica de Chile en torno a “Alteridades: Intervenciones y Ecologías del Cuidado en Mundos Cambiantes”, para debatir sobre otras formas de pensar, habitar y diseñar las políticas de intervención que exigen tanto Chile, como la región y el mundo en escenarios marcados por el cambio climático, pero también por los cambios sociales y la interacción entre estos diversos actores.
La triada sociedad, tecnología y naturaleza fue, a su vez, analizada desde diversas perspectivas con el objetivo de reestablecer el diálogo entre ellos, identificar y cuestionar cuál es la narrativa de las transiciones energéticas.
Pobreza y revolución energética
Las políticas públicas actuales, alertó Fonseca, directora del Centro de Investigaciones Sociales Sur CIS-Sur, “están enfocadas a la generación y distribución de energía, no de su consumo. Olvida sus aspectos socioculturales y no logra conceptualizar correctamente la pobreza energética”.
En ese sentido, la investigadora junto a Paula Herrera (ambas de la Universidad de la Frontera), plantean el carácter no inclusivo de este concepto fundamental para el desarrollo de políticas de subvención energéticas que en la práctica resultan deficientes. “Actualmente dejan fuera al individuo, al territorio y el medioambiente. No se hace cargo de la incapacidad de los hogares a acceder y darles el uso que ellos deseen darle, tampoco de la sustentabilidad y democracia de su obtención y uso en el territorio. Finalmente está enfocado en el mercado y no en el bienestar de las personas”.
Lo mismo sucede con el concepto “revolución energética”, plantea Juan Carlos Imio de la Universidad de la Frontera, ante el imaginario socio-técnico nacional construido durante el período de Máximo Pacheco en la cartera de energía. Si bien el investigador rescata el valor de “ciudadinizar” la energía a través de una narrativa que se volcaba a las personas, junto a Fonseca identifican falencias que aún se replican.
“La definición nacional y no local, sumado a que no hay aprendizaje socio-técnico y a que la implementación en último lugar la hace el mercado, genera una disociación entre la percepción central y la de los territorios”, señaló Imio. De esta forma, el imaginario en territorios donde se desarrollan los procesos energéticos se constituye por paisajes degradados, falta de tranquilidad e incluso la percepción de encontrarse en zonas de sacrificio por parte de los vecinos de proyectos de Energías Renovables No Convencionales (ERNC).
Controversias y convergencias
Gloria Baigorrotegui, investigadora NUMIES y del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la Universidad de Santiago de Chile (USACH), plantea que, para abarcar estos conflictos, es necesario analizar las transiciones en regímenes eléctricos desde una perspectiva socio-técnico y multinivel. Esto implica considerar a actores históricamente relegados en el debate de las políticas energéticas como es la comunidad involucrada y nichos innovadores.
Advierto, eso sí, que para ello no basta con una aproximación socio-técnica que incluya a los stakeholders de un proyecto particular, sino que debe volcarse a lo communo-técnico, es decir a otros mecanismos de acuerdo que surgen en espacios físicos y virtuales de los actores ante la implementación de energías renovables y medidas conducentes a acciones sustentables.
“A través de la dramaturgia, la performatividad, hemos podido entender y poner en valor las relaciones que se establecen en el proceso y cómo éstas se contraponen al relato dramático emitido por los medios sociales, un mensaje de caos reiterativo que finalmente se reconoce como la “realidad” y que, a través de acciones reparativas, se reintegran en el régimen hegemónico”, advierte la investigadora.
Para Manuel Tironi, investigador NUMIES y CIGIDEN, también resulta interesante abarcar procesos de transiciones energéticas desde la convergencia, más allá de conflictos ontológicos. A través de su investigación sobre geología atacameña y su relación con el modelo extractivista, analizó los equívocos al pensar la sustentabilidad y lo indígena
“Para quienes viven en la puna, el volcán les merece respeto, no miedo. El desastre, para ellos, no es la explosión, sino la extracción de las mineras”, relató Tironi sobre su experiencia en terreno.