(Des)contaminación atmosférica: el caso de La Unión y el uso de leña
Sebastián Arriagada, tesista de NUMIES, analizó cómo el efecto de las medidas para disminuir los índices de polución depende de que éstas atiendan tanto al espacio geográfico (en este caso de la ciudad ubicada al sureste de Valdivia) como de las dimensiones culturales, económicas y materiales. Los resultados serán presentados de forma abierta en el próximo Coloquio del martes 15 de septiembre a las 17.00 horas.
La Unión, ubicada en la Región de los Ríos, es un ejemplo de los desafíos tecno-políticos que enfrenta el país a la hora de gestionar (e intentar disminuir) los índices de contaminación atmosférica. Esta ciudad ocupa el lugar 13 en el ranking de World Air Quality 2019 (IQ Airvisual, 2019) de ciudades más contaminadas en Sudamérica, esto, en base a los niveles de material particulado fino en el aire.
Y no es un caso aislado, Chile cuenta con 25 de las 30 ciudades que encabezan ese mismo ranking. Si bien se han implementado medidas desde el gobierno central para disminuir las emisiones y mitigar el impacto en la salud de los habitantes, Sebastián Arriagada, tesista de NUMIES, exploró qué tan efectivas son, y desde diversas dimensiones. Esto incluye un entendimiento integral de la ciudad, no sólo como un espacio geográfico, sino también como un espacio donde se encuentran la vida de sus habitantes en dimensiones culturales, económicas, sociales y materiales.
En su trabajo para el Magister de Desarrollo Rural de la Universidad Austral, cuestiona el buen manejo tecno-político al expandir las nociones de monitoreo de calidad del aire. “El problema cambia, pues, ya que lo que hasta hace poco sólo eran comentarios e impresiones ciudadanas sobre el estado del aire, ahora se han convertido en datos tecno-científicos validados. La repercusión social, por tanto, es mucho mayor, sobre todo cuando los niveles de contaminación atmosférica se concatenan al aumento de enfermedades respiratorias y un alto número de muertes prematuras cada año”, señala Arriagada.
El investigador analizó los Planes de Prevención o Descontaminación Atmosférica (PPDA), los que pretenden disminuir la cantidad anual de episodios críticos de contaminación por un agente en particular. En este caso, la biomasa destinada a la calefacción de hogares de mayor uso en La Unión: la leña. Estas múltiples y pequeñas fuentes de calor son las responsables de los altos índices de contaminación y no una fuente fija que puede controlarse de forma centralizada.
“El fenómeno de la contaminación y su tratamiento se vuelve aún más problemático porque implica un tratamiento complejo, afectando muchas veces de forma controversial la habitualidad de las prácticas de la población en los polos urbanos, como también de las dinámicas de producción y distribución de leña desde los sectores rurales. En efecto, aunque no siempre asumido de forma explícita, el éxito de un PPDA pasa por una transformación de las prácticas sociales orientadas al uso de leña para la calefacción”, explica Arriagada.
Para comprender a cabalidad las transformaciones en las prácticas sociales, tecnologías y materialidades necesarias para la descontaminación, Sebastián Arriagada analizó las prácticas locales y medidas de mitigación que acompañan al uso de la leña en esta ciudad del sur de Chile.
El resultado de este trabajo, dirigido por el investigador Gustavo Blanco y apoyado por Tomás Ariztía como investigador informante, se presentará el martes 15 de septiembre a las 17.00 horas en el Coloquio del Núcleo Milenio de Investigación en Energía y Sociedad, al que puedes inscribirte aquí.


