Gustavo Blanco compartió su propuesta para transiciones energéticas en encuentro internacional de Sao Paulo

El investigador asociado del Núcleo Milenio de energía y Sociedad (NUMES) presentó parte de su investigación en el seminario “Territorios de la Energía, Cambio Climático y Sustentabilidad de la Macrometrópolis Paulista”. Participantes buscan generar una red regional para el intercambio de conocimientos sobre Modelos de Sistemas de Energía, Impactos Económicos y agenda de Desarrollo Sostenible.

El Instituto para la Energía y el Medio Ambiente (EEI) de la Universidad de Sao Paulo (USP) lidera el proyecto “Gobernanza de las cuestiones energéticas en el contexto de Macro metrópolis Paulista”, el que busca congregar conocimientos desde diversas áreas para la planificación e implementación de los cambios en el uso de la energía en dicha ciudad de Brasil. Con ese fin, el EEI convocó al investigador Gustavo Blanco al seminario internacional sobre “Transiciones energía, el cambio climático y la sostenibilidad: desafíos para la planificación energética, producción de energía renovable y eficiencia energética”.

El sociólogo desarrolló el FONDECYT “La Vida Social De La Energía: Trayectorias Territoriales De La Energía En Tres Regiones Del Sur-Austral De Chile” y, a través de su trabajo con NUMIES, elaboró un modelo multidimensional que incorpora varios elementos del aspecto territorial para analizar estos procesos.

“Muchas veces la posibilidad de transición energética tiene que considerar 3 niveles: fenomenológico, el de los proyectos o el espacio político, y el histórico. Las combinaciones de estas dimensiones determinarán que el proceso sea más factible o más difícil”, explicó Blanco.

La perspectiva teórica y metodológica postula que debe considerarse la fenomenología, es decir, el espacio cotidiano de las personas, cómo la gente organiza la relación con la energía en su vida y en los espacios productivos. Además, debe observarse cómo los mismos debaten, discuten, contestan y reaccionan ante un proyecto de inversión o políticas energéticas. Por último, no se puede pasar por alto la historia de cada territorio, la idea de que cada uno de esos espacios cuenta con una clase de memoria en relación a la energía, que va más allá de los proyectos, sino que particularmente de la experiencia territorial y cuáles son las principales energías y usos energéticos en una determinada región.

“Causó mucho interés, ante un grupo conformado por ingenieros y planificadores, con una vocación interdisciplinaria, que invitaron a cientistas sociales que trabajan con transiciones energéticas. Hubo mucha recepción a entender el problema social, comparten que los problemas técnicos se pueden resolver, pero básicamente este es un problema sobre cómo los grupos sociales responden o no a la posibilidad de hacer estas transiciones”, comentó el académico de la Universidad Austral.

El caso de Magallanes

Blanco aplicó esta metodología en distintos territorios dentro de Magallanes, Los Lagos y Los Ríos. “Levantamos una serie de casos de estudio dentro de esas regiones para distintos regímenes energéticos: eólicos, el gas por fracking, geólogica o biogás”, explica.

En general se trató de localidades rurales, pero en el caso de Magallanes se trabajó con dos estudios de caso en lugares más urbanas, donde la producción se hace en los espacios rurales, pero los efectos y las reacciones sociales, particularmente los movimientos de resistencia al gas, se producen en las ciudades. Este es un caso particularmente difícil, ya que esas transiciones se están llevando a cabo a partir de ciertos cambios sociotécnicos en la ciudad y los agentes que en ella conviven, pero más vinculada a combustibles fósiles.

“Este es el caso de una transición inversa: para mantener la promoción de gas se pasa a un tipo de acción que en muchos lugares es aún más resistida: el fracking. Sin embargo, en el caso de Magallanes la resistencia por parte de la población es mínima mientras haya prohibición de gas. Este es un contraejemplo importante ya que se tiende a pensar que las transiciones son lineales hacia las energías verdes, cuando en realidad el llamado es a que cada contexto, cada tipo de energía y unidad territorial te lleva a transiciones muy diversas que no necesariamente son lineales”, relató Blanco.

Este, destaca, fue la principal conclusión entre los participantes argentinos, uruguayos, los paulistas y una representante inglesa. Sus experiencias permitieron entender que las realidades nacionales son muy diversas, ya que son muy dependientes del tipo de recursos con los que cuentan. “Por ejemplo, en el caso de Argentina hay una alta presencia de gas y petróleo, por lo tanto, el nivel de transición energética está un poco opacada por la geopolítica del petróleo”, describió el sociólogo.

Por el contrario, contó, “en el caso de Uruguay tienen un alto grado de renovabilidad, pero parte de ella tienen que ver con algunos tipos de energía y cultura que también tienen consecuencias. Al ser tan pequeño no tiene recursos gasíferos ni petróleo importantes, pasaron rápidamente a una renovabilidad que depende de ciertos recursos agrícolas. En Brasil pasa un poco lo mismo con los biocombustibles e hidroeléctricas. Lo interesante es que todos reconocimos que hay transiciones en curso, pero que todavía están muy dependientes de las bases de recurso de cada país”.

El encuentro también permitió la generación de una incipiente red de trabajo coordinado por el grupo de Sao Paulo, con la idea de visualizar colaboraciones conjuntas. En el marco de esa red, la primera actividad es que fruto de lo que se presentó se hará un número especial de la revista Ambiente y Sociedad con sus conclusiones.

Además, ya se produjo un trabajo tutorial de los académicos asistentes al escuchar a estudiantes de magíster y doctorado que están trabajando en distintos aspectos de la transición energética en la macro metrópolis paulista. “Tuvimos un diálogo muy nutritivo entre el foco de planificación, elementos de la ingeniería, más ambiental y la sociología”, concluye el sociólogo.